Checopolaco Vs. Marilians

Detrás de Checopolaco se esconde, o no, Julián Méndez, un prolífico músico granadino que presenta su tercer LP, Tres Pasos… y hasta aquí, llevo horas intentando escribir una introducción para esta entrevista que esté a la altura y sea digna de presentarla como se merece. Pero reconozco que me ha sido imposible, y es que confieso que me he sentido abrumado, me he emocionado y me han maravillado las cosas que he leído en ella. Solo quedaba ser sincero, obviar todos esos datos como nombrar su discografía o mencionar los grupos en los que está y ha estado, porque además, a lo largo de ésta todo queda resuelto, y decir que detrás de estas repuestas en la pantalla de mi ordenador hay uno de los artistas más interesantes de todos los que me he encontrado. Y ya que estamos de confesiones, por qué no decir que soy un fan de la música de Checopolaco desde aquel primer álbum homónimo publicado en 2012, y haber tenido la oportunidad de preguntarle en primera persona por los entresijos de su carrera, ha sido algo especial. Y no tengo nada más que añadir, salvo que a modo de recomendación, sería una gran idea darle al Play y acompañar esta lectura con este maravilloso Tres Pasos. Escuchen y lean.

 

 

Marilians: Empezaste muy joven en la música, ¿qué es lo que te atrajo de ese mundo? ¿Qué te llevó a empezar a hacer canciones?

Checopolaco: La música está ahí desde que eres joven, está en todas partes. Me gusta escribir y ya desde pequeño me gustaba hacer los ejercicios bien y me gustaba hacer las redacciones bien. Siempre fui muy perfeccionista dentro de un caos ordenado. Tuve mi época en la que quise ser pintor y pintaba, también escritor y aporreaba la máquina de escribir. Me gustaba la novedad y iba cambiando qué quería ser de mayor. En la educación obligatoria me pasaba el día trabajando y todo me atraía: la filosofía, el deporte, la literatura, la música, la ciencia, las matemáticas. Me gustaba casi todo, a mi ritmo, y me gustaba aprender a hacer todo lo mejor posible. Y me gustaba tener resultados, tener buenas notas. Empecé a hacer música con mi familia en casa por primera vez. Después con mis amigos, estando en el instituto, seguí enfocado a ese trabajo de una manera natural pensando que era un hobby. Comencé a aprender el oficio de unas maneras y de otras, en unos sitios y en otros, con unas gentes y con otras. Y coincidió el que ya no tenía que estudiar más con el que iba tirando bien de la música. Así, pensé que tenía lo que necesitaba dedicándole mucho tiempo al trabajo que me había llegado y había buscado. Entonces, aparte de que probablemente me aburriera y se me pasara la novedad, comencé a dudar de los resultados en los oficios, de los mercados, de mil cosas más. Eso me llevaba a perderme divagando en muchas otras aristas: ¿quién juzgaba? ¿Por qué algo podía funcionar o no? ¿Qué maneras había de hacerlo bien o de hacerlo mal? Supongo que me pasó al dejar de recibir folios con calificaciones y lo más parecido que recibía eran nóminas, cheques o algo de dinero al fin y al cabo. La vida adulta. ¿Si ingresaba lo justo era suficiente y si no me llegaba era insuficiente? ¿Si no necesitaba dinero podría navegar con insuficientes? ¿Si ganabas mucha pasta era sobresaliente? ¿No bastaba con hacer las cosas a tus anchas por el placer de hacerlas? No entendía este mundo (y sigo sin entenderlo aunque me empeñe) ni sabía por dónde me venían. Hoy soy mi peor enemigo calificándome y exigiéndome el esfuerzo, soy mi más duro jefe. Con el paso del tiempo y a rachas, me he ido dando cuenta que necesito más cosas que la música y cualquier oficio. He ido echando de menos otro tipo de escritura, la historia, la ciencia y mil cosas más; he ido echando de menos aquella hiperactividad en múltiples direcciones del colegio o el instituto en ramas diferentes que antes me eran obligatorias. Lo remedio rápido haciendo y volcándome en mil tareas y descansando, y así vuelvo a conectar con la música al tiempo como un hobby, volviendo la pasión. La música sigue estando ahí en todas partes dejándote explorar otros terrenos pero sabiendo que vas a llegar a ella porque al fin y al cabo es total y lo abarca todo, y yo sigo jugueteando a qué quiero ser de mayor siendo ya músico. En éstas me doy cuenta que necesito trabajo porque necesito vivir, y utilizo y expongo la música lo mínimo posible, para generar lo justo y necesario en mi pequeño modelo de sostenibilidad . Esto, entre otras cosas, me llevó y me lleva a hacer canciones.

 M: ¿Cómo nacen las canciones de Checopolaco?

C: Hasta ahora creo que todas las canciones de Checopolaco han aparecido estando sólo, por lo demás, de mil maneras. Me gusta coger un instrumento y darme cuenta que sin buscar nada lo que estoy chapurreando se sincroniza con mi estado de ánimo o con algún recuerdo que anda por mi cabeza. Esos fragmentos musicales suelen permanecer en la memoria asociándose a esos determinados recuerdos o estados de ánimo, como si en un ordenador abrieras el archivo del recuerdo, le agregaras música y lo volvieras a guardar. También me gusta saber que no me engaño a mí mismo forzando algo predeterminado, algo que no es mío y no me pertenece, porque al ser un proyecto personal no quiero trabajar con recuerdos o hechos de otros, como en el caso de que tuviera que poner música a una película que no fuera mía o en el caso de hacer una versión o adaptación de una canción. Es difícil saber eso porque, como animales sociales y culturales que somos, nos es fácil asimilar vivencias de los demás y hacerlas nuestras sin enterarnos. Después, cuando vuelves a coger un instrumento y chapurreas aquel fragmento que ‘sintonizaste’, te das cuenta que te lleva al estado de ánimo que ya estuvo allí y te vuelve el recuerdo asociado. Otras veces te vuelve el recuerdo y no te hace falta un instrumento o tararear, porque sientes ese fragmento musical revoloteando por tu cabeza activando y desactivando ciertas sinapsis. Así van naciendo las canciones que van modelando tu memoria.

 M: Cuando haces tus canciones, ¿te dejas influenciar por la música que escuchas? Y por cierto, ¿qué escuchas?

C: De una manera inconsciente todo lo que escuchas se queda ahí y se refleja en lo que haces y, como te comentaba antes, intento reducir eso al mínimo y no es fácil. Ésta es una de las razones por la que es raro que últimamente me ponga música en casa, aunque a veces me lo tenga que currar e investigo para pinchar en los bares, suelo preferir estar atento a lo que ponen los demás. En mi vida es inevitable escuchar mucha música y me encanta estar donde se cuida lo que está sonando y se elige con calidad y cariño, y en piezas audiovisuales donde está bien hilada, y en mil situaciones y sitios más. Me gustan las novedades para mi oído que me sorprenden y me sigue gustando lo que en su tiempo me sorprendió. Por donde me muevo no suelen faltar buenas canciones de todos los géneros y estilos.

 M: Además de tu proyecto personal, estás y has estado formando parte de otras bandas, ¿cómo se gestiona esto? ¿Cómo repartes el tiempo?

C: Hay tiempo para todo en esta vida estableciendo prioridades y sabiendo dosificar.

M: ¿Sientes la misma responsabilidad a la hora de trabajar en Checopolaco que a la hora de hacerlo como parte de un grupo?

C: La misma responsabilidad. Una vez que te embarcas en algo has de ser consecuente con ello y has de exigirte lo máximo constantemente, aceptando los distintos roles que cada proyecto requiere.

M: ¿Qué diferencias consideras que son las más significativas entre los anteriores casos?

C: Si me lo permites te voy a decir una similitud: en todos los casos siempre hay una sensación de que lo mejor está por llegar .

M: Ya llevas como una década con Checopolaco, ¿qué valoración harías de todo este tiempo?

C: Compartir música e ideas es un vehículo en el que poder acercarte a los demás y que te ayuda a no aislarte, que es a lo que tiendo. Eso es un aspecto positivo sin duda. Siendo un vehículo consume mucha energía y recursos y te deja agotado mentalmente, que es un aspecto no tan negativo si sabes dosificarte y siempre te guardas alguna almendra para tí en el bolsillo, algo que tiendo a olvidar cuando cojo carrerilla.

M: ¿Y de tu carrera en general? Porque antes de dar vida a Checopolaco, llevabas ya una década rodando, son veinte años y eso da para mucho…

C: Me divierte pensar la de vueltas que he dado y me aterra pensar lo poco que me he movido. El tiempo pasa volando y soy consecuente con todas las decisiones que he ido tomando en mi carrera y en mi vida. Me veo optimista y estoy contento con quién soy, con mi vida y con mi trabajo.

 

 

 

M:Checopolaco y Clavulánico son dos discos bastante pop y que tienen cierto paralelismo con la balanza bastante equilibrada entre los temas más guitarreros y los más relajados, en cambio Tres pasos es como mucho más relajado, con una línea sonora mucho más homogénea, ¿es algo intencionado, buscabas algo diferente o es una evolución natural?

C: Entiendo lo que dices y llevas razón. Me he intentado acercar a la música que tenía en la cabeza. He intentado ir a la raíz de la canción y acercarme a mí mismo, en un ambiente tranquilo, silencioso y relajado. En los discos anteriores compartir los bocetos en ensayos llevaba las canciones a otra parte a veces, y a menudo pensaba más en determinados directos y en qué sentiría y pensaría la gente que iba a escucharlos que en lo que sentía yo. En este me he tirado al barro y para lo bueno y para lo malo es más personal. Es una evolución, en el estricto sentido de un cambio, que no es natural porque ha sido dirigido y premeditado. Y me da igual si resulta positivo o negativo para la selección natural o para la artificial, lo que hay es lo que hay, la intención de acercarse lo máximo al momento de creación en unas determinadas condiciones, a la idea y al boceto.

M: Has contado con diferentes músicos en la grabación, ¿también participan ellos a la hora de componer, o eso corre de tu cuenta?

C: La mayor parte del disco estaba ya planteado en la maqueta que hice hace unos tres años con una tableta. Me atrevería a decir que el noventa y cinco por ciento del disco está escrito por mí en esa demo y el disco es una adaptación. Esa demo la grabé en un par de semanas o tres, no mucho más, dentro de un periodo de tiempo en el que estuve a caballo entre Loja y Madrid permanentemente probando distintas cervecerías y visitando mucho a mi chica, que acababa de conocer. Creo que la única aportación directa a las canciones de la maqueta fue de mi padre. Un día le enseñé algunos fragmentos mientras le comentaba que no acababa de atinar con la batería de una canción y lo divertido que era componer con la tableta. Poco después, le decía que mi difusa idea era llevarla al terreno de la percusión de un disco que me encanta de Yo la Tengo, que tiene una portada de noche azul oscuro en la que sale una casa residencial en un valle arbolado, de complicado nombre para un lojeño. Le pregunté que a ver si él atinaba con el ritmo de la canción, no le pregunté si recordaba el nombre del disco de Yo la Tengo porque es imposible. Le dejé la tableta y grabó una batería jazzera con los dedos en la pantalla, debió de gustarme y acercarse a lo que quería, porque a partir de ahí extrapolé esa idea de ritmo y percusión a casi todo lo demás. Una vez terminada, la maqueta dio las vueltas que quise y para mí ya era mi disco, aunque al final me dejé convencer por mí mismo (y por algunos amigos que decían haberle gustado) para grabarla ‘bien’ y moverme en todo eso tan complicado de inventar trabajo. Y así perder mis pocos ahorros y acabar arruinado. En esas que empecé a grabar lo mismo, ahora en varios estudios y abriendo el enfoque, así la gente que me rodea pudo colaborar aportando cada uno lo suyo en los espacios y momentos que yo iba viendo. La composición del disco a grosso modo es mía, para lo bueno y para lo malo.

M: Y en directo, ¿te acompañas siempre de la misma banda?

C: Ya me gustaría, pero es complicado. He cambiado mucho los formatos y me gusta cambiar las sonoridades y mis esquemas mentales. Mis cosas son pequeñitas pero serias, a veces intervengo más de la cuenta y no creo que sea una persona fácil. Con todo esto es difícil mantener el ecosistema. Nunca cierro puertas, eso sí.

M: Las letras me parecen muy personales, ¿de qué te gusta hablar en tus canciones?

C: Las letras pueden estar provocadas por situaciones en las que resulta difícil expresar las ideas que tienes en mente y paras y reflexionas, para después intentar ordenarte e intentar explicar esas ideas de la manera más concisa posible en un intento de conocerte y conocer a los demás. También pueden venir de un momento en el que algún sentimiento es más fuerte en tu cuerpo que los otros, dejándote un par de opciones: intentar cazarlo para rememorarlo a posteriori si te es agradable, o, por el contrario, describirlo para reconocerlo y acusarlo, tomando medidas si de agradable tiene poco. Este disco está bastante filtrado para quedarse con los sentimientos y recuerdos positivos y placenteros, y tiene bastante inclinación por la idea de hacer las cosas lo mejor posible para vivir en sociedad, y por la idea de reconocer que el vivir en sociedad es la única vida posible y que la única solución es mejorar. Como no vivimos sólo con nosotros mismos mejorar es la mejor manera de pasar el tiempo, siendo una forma de no perder la cabeza frustrándote en este tiempo de locos mientras frustras a los demás. Quise y me pedía el cuerpo que estas letras, mensajes o cartas fueran positivas, sencillas y cercanas; y quise y me pedía el cuerpo que hubiera, sobre todo, amor, respeto y cariño, pensando en el presente y en el futuro, pensando que no debe ser tan difícil que todos nos llevemos bien.

M: ¿Cuánto hay de realidad y cuánto de ficción en ellas?

C: Todo pasado es ficción. O eso estoy pensando ahora. Te puedes acercar a la sensación de aquel momento con música o poesía, con arte, pero los hechos reales, ya de por sí difíciles de capturar en el presente, como recuerdos del pasado se vuelven difusos, poéticos. Con este poquito construimos el futuro en milésimas de segundo, montándose cada uno la mejor película que puede con los recursos que tiene. Estás escribiendo la peli que verás mañana, una ficción dirigida por tí basada en tus hechos reales, que nunca sabremos si son los míos aunque lo más probable es que sea que no, a no ser que compartamos conciencia, que sería curioso. Cúrratela. Y que sea positiva si me la enseñas, que es lo que me apetece hoy, a poder ser.

 

 

M: En Checopolaco apareces chorreando en la portada, en Clavulánico como en un espejo o un cristal roto, y en este último Tres Pasos sales totalmente desenfocado. Parecen tener cierta continuidad, me resulta como muy metafórico, ¿responde esto a algún patrón? ¿Qué mensaje esconden estas portadas?

C: Es una buena pregunta para Nano Cienfuegos que es el diseñador de los discos. Sólo recuerdo que quería salir en la portada de Checopolaco en plan solista clásico en recopilatorio de grandes éxitos. Total, era Checopolaco, no era yo, podía ser como yo quisiera, y ser como tú quieres requiere un esfuerzo infinito. En los discos que me gustaban casi siempre el diseño era muy de ilustraciones, mensaje… movidas. Y yo quería un retrato costumbrista que pensé sería algo fácil de hacer, no sé, por aquello de que la cara es el espejo del alma y por sinceridad, por cambiar, me dió por ahí. Nos pareció una línea estupenda, personalmente para pensar lo justo en el diseño y las portadas y en cuestiones relacionadas con los ojos, que tengo muy mala vista y bastante tengo con el oído. Así es que es Nano el que refleja el retrato y le da su vuelta de tuerca para que aquella idea del retrato de OT clásico no vaya a buen puerto del todo, y así podamos tener una portada chula del siglo XXI como las portadas chulas de los discos chulos que me gustan de todos los siglos en los que se han hecho discos y portadas: con su mensaje, su patrón, y su todo.

M: El último corte del disco es Coda, un tema con una sola estrofa, y que resulta ser la misma estrofa que abre el álbum en Avance, de hecho el disco empieza y acaba con el mismo verso, “tres pasos quedan…”,¿Cuál es el significado de esta maniobra?

C: Hoy interpreto que hablo de un camino interminable, que no cesa, como el rayo. De un final como un principio y un principio como un final. Me encantaría quedarme para siempre en el cuarto en el que siempre se me espera. Pero siguen llegando el cuarto, el quinto y el sexto, y los pasos que estén por llegar en busca del descubrimiento prolongando el camino. Siempre echo de menos esa habitación, en un anhelo de deseo eterno y un deseo de conclusión. Ponerme el disco me lleva a ese instante en que el principio y el final se unen y se separan duales. Y que vuelva a acabarse el disco me recuerda lo bueno de la infinitud del amor, el camino y la búsqueda del conocimiento, y también a lo bueno de la finitud de la vida, dejando lo mejor posible a los que toque la siguiente reproducción.

 M: A parte de la conexión entre Avance y Coda, ¿Habría que hablar de las canciones de este disco de manera individual o se relacionan entre ellas?

C: Todo se relaciona y la idea de vivir siendo consciente de ello me parece importante en este disco. Y supongo que es una cuestión de perspectiva. El planeta Tierra es uno y no deja de ser una célula en el universo. El universo es uno y no deja de ser uno en el multiverso. Un organismo terrestre no deja de ser una pieza en la Tierra. Y una célula del iris de un ojo no deja de ser una parte del órgano en el que se enmarca, que a su vez es pieza en otro organismo diferente, ni inferior ni superior. Nos relacionamos de mil formas que conocemos y de otras mil millones de formas de las que poca idea tenemos. Lo micro y lo macro se diferencian en en una letra, hasta que alguna abeja dé con la tecla de la teoría unificada del universo y sean lo mismo y nos preocupemos de otra cosa. Las canciones que son parte del disco están hiladas por el propio tiempo en el que se hicieron y comparten amor, optimismo, ganas de hacerlo bien y otras mil cosas más dentro del lenguaje musical. Se relacionan entre ellas en el disco al igual que nos relacionamos los seres vivos (y no tan vivos) entre nosotros en la Tierra, en un frágil y dudoso equilibrio. Y tienen un determinado orden. Ya puesto a dejar suelta la imaginación me encantaría ver el modo aleatorio de Spotify aplicado a la realidad y ver nietos nacer antes que sus abuelos. Y también estaría bien ver el nacimiento de nuestro universo y que resulte que es la germinación de una pequeña semilla en el jardín de mi casa de la frontera franco-suiza.

 M: Hace muy poquitos días que está el disco en el mercado,
¿Qué esperas “que pase” o qué te gustaría “que pasara” con Tres Pasos? ¿Ahora toca promoción y gira? ¿Tienes ya fechas para presentar las canciones en directo?

C: Debido a cierta tardanza en mi entrega de esta entrevista a la redacción, y a que te hablo a tí y ésto seguramente se publique… cuando leas esto puede ser que haya pasado un buen puñado de años del lanzamiento del disco en el mercado. Que el mercado y la promoción… tranquilamente. Es extraño pensar que cuando haces un disco te puedes dirigir a una persona y a varias a la vez utilizando el mismo pronombre, que además es singular, e incluso dirigirte a gente que puede que no llegue a existir. Y dejando a un lado el tiempo y el espacio de una vez… Cuando terminé la maqueta tenía una sensación de vacío o de plenitud, una sensación de final que con el disco no he tenido. No esperaba nada de fuera, tenía suficiente con lo que me aportaba ese trabajo como persona. Supongo que ahora con el disco esperamos, y ahora hablo en plural, que todo avance y permanezcan el cariño, el amor, la salud y el trabajo. Tenemos algunos conciertos y haremos más tranquilamente, e intentaremos solucionar la precariedad de las relaciones en el planeta, que es lo que nos toca.

 

GRANADA PLANTA BAJA 15 MARZO

LOJA TEATRO IMPERIAL 5 ABRIL

MADRID CAFÉ BERLÍN 25 ABRIL

 

 

Como es habitual en las entrevistas Vs. Marilians, ahí van unas preguntas, que aunque parezcan chorra, también tienen su intención…

 

 ¿Gafas de sol o gorra?

Ahora no, gracias.

 Un superhéroe

 Hulk y mi gato.

¿Dónde te haría especial ilusión tocar?

Donde quieran escuchar música.

 Vinilo o CD

Da igual.

 Instrumento favorito

Complicado.

En el cine ¿drama o comedia?

Imposible.

¿Qué bebes en el escenario?

De todo.

Un libro que todo el mundo debería leer

Estoy leyendo ‘Sapiens, de animales a dioses’. Lo recomiendo.

 ¿Harías la banda sonora de alguna película? ¿De cuál?

De alguna que esté por hacer.

¿Qué medio de transporte prefieres?

Alguno en el que conduzca

¿Qué dibujos animados te gustaban de pequeño? ¿Y ahora?

Mofli, el último koala. Los trotamúsicos. El otro día vi ‘Érase una vez el Hombre’ de nuevo, me encantó.

Un disco imprescindible

Alguno que esté por llegar

 

 

 

 

 

 

ALEX PANDA