Andaluces y catalanes siempre hemos tenido una química asombrosa, pero, sin lugar a duda, el concierto de Pony Bravo de la Sala Apolo ha reafirmado eso, y lo que todos sabíamos ya: los sevillanos saben como montar una buena fiesta.
Con unos teloneros a su altura (¡y a su estilo, por imposible que parezca!) Rastrejo dieron paso a unos emotivos Pony Bravo, con un 5º miembro sobre el escenario. Este es ya un conocido personaje dentro de la escena, un maestro, productor y amigo llamado Raúl Pérez (La Mina Producciones) que a partir de ahora los acompañará al galope. No todo podían ser buenas noticias, y es que éste sería el último concierto en el que Javi acompañará a la banda, debido a su decisión personal de tomarse más tiempo para su familia.
Con gran expectación, y entre los espaciales sonidos del sintetizador de Dani, se vislumbra un “Pumare-Ho”que va tomando forma de un modo lisérgico, en el que todas las notas se alinean hasta trascender la mente del público. Seguidamente suena su peculiar oda a la política española, “El Político Neoliberal”, y el público empieza a moverse al ritmo del mercado sin regular, es decir, el de una rumba que está muy buena.
Cambiando de instrumentos constantemente entre ellos, y mostrando su capacidad como multi-instrumentistas, dan paso a su mayor hit, “Noche de Setas”, coreado por toda la gente de la sala, curiosamente más que identificada con la letra de la canción. Pero los sevillanos no dejan de lado sus raíces, y lo demuestran con su cover de “Niña de Fuego”, de Manolo Caracol, humorísticamente renombrada a “Ninja de Fuego”, en la que Dani hace deslumbrar su peculiar pero magnífica voz.
Después de un poco de discurso sobre la gentrificación que azota tanto Sevilla como Barcelona, irrumpen con un muy esperado “Turista ven a Sevilla”, seguido de, por fin, uno de sus nuevos singles, “Espectro de Jung”, con una muy buena acogida por parte de toda la sala. No sólo de nuevos singles vive el pony, y es que a continuación nos cegaron con un magnífico directo de “El Rayo”, un clásico de su primer álbum que les hizo ganar la fama de grupo de culto en el underground español.
Acto seguido sonaron dos canciones nuevas: “La Yerba Mala”, una tranquila canción que habla sobre aquello que se siembra y se recoge, y “Casi Nazi”, una enérgica mezcla de bajo con slap, noise guitar y un groove casi obligatorio teniendo en cuenta que en este nuevo largo habrá canciones como la anterior “Yerba Mala” y “Piensa McFly”, que son bastante chill. Con una “Zambra de Guantánamo” más que bailable, otra novedad llamada “Grecas” con un vibe muy trap, y el otro nuevo sencillo “Rey Boabdil”, la banda se despedía de la Apolo con un público algo desconcertado, y es que con Pony Bravo siempre dan ganas de más.
Por suerte, el caballo solo había hecho una finta, y volvieron para tocar una “Rave de Dios” excelente, con más energía que nunca, donde se vislumbraban las siluetas de los músicos como una aparición divina digna de exigir ese gramo de fe. Parecía que no podían hacernos llegar más al éxtasis cuando Pablo preguntó si alguien tenía un DNI. El público sabía lo que se venía, yo también, y por eso me posicioné en primera fila para rapear de memoria su canción más hip-hopera, “Mi DNI”.
Con semejante temazo cerró Pony Bravo su actuación en Barcelona, y a pesar de que los técnicos decidieron no dar ni un setlist, Daniel y Pablo se acercaron al escenario más tarde a saludar a conocidos y desconocidos, y fueron tan amables de darme uno y tener una pequeña charla.
Para aquellos con ansias de más Pony Bravo, que sepáis que su nuevo álbum está grabado, producido y masterizado. Verá la luz en Enero de 2019, y ¡sin duda será mi auto-regalo de reyes!
Texto y fotos: Gerard Masmitjà