De cómo Nick Waterhouse se puso Madrid a sus pies…

Hoy vengo a hablaros de uno de esos conciertos al que tienes que ir, al menos, una vez en la vida. Nick Waterhouse llegaba a España con ganas de mostrarnos y acercarnos su música de la manera más potente y certera posible. Venía de pasar por Santander y Benidorm y llegaba a Madrid para regalarnos un directo de los que te arreglan la semana.

Jueves, sala But y el jangle-pop melancólico de The Roves abriendo la noche. Con dos álbumes en el mercado, hicieron un repaso por los temas más potentes de su primer disco homónimo de 2018 y de su último proyecto publicado el pasado mes de abril bajo el título de ‘All Those Freaks’.

Después de esto, el cuarteto británico, dejaba libre el escenario y la sala al borde del sold out, para que, con una puntualidad pasmosa, Nick Waterhouse y su banda aparecieran frente a un público que ya se notaba nervioso y con ganas de empezar a bailar.

El californiano, como sacado de otro siglo, se presentaba con traje de chaqueta oscuro y esa elegancia y sobriedad que de primeras le caracteriza. Rodeado de virtuosos de la música, pudimos ver un auténtico espectáculo de viejo rhythm’n’blues que nos mantuvo enganchados a través de las veinte canciones que componían su setlist.

Y es que Nick, que lleva en esto de la música desde que tenía quince años, se mueve con una seguridad y tranquilidad en el escenario que sabes que todo lo que veas de él en directo va a merecer la pena. Y si a esto le sumas que a tus espaldas te acompañan una bajista, un batería y un teclista, que a tu lado tienes a una corista que da empaque y potencia a tus temas y además tienes a la espectacular Paula Henderson con el saxo barítono y a Mando Dorame con el saxo tenor, pues consigues que la noche termine convirtiéndose en maravillosa.

Sonaron temas que sirvieron como repaso a sus discos anteriores. De su ‘Time´s all gone’(2012) sonaron “Some Place”, “Is That Clear”, “Don´t you forget it” o “I can´t only give you everything”. De su LP ‘Holly’ de 2014, interpretaron “Sleeping pills” y de ‘Never Twice’ (2016) salieron “I had some money”, “Tracy” o “LA turnaround”.

Como era de suponer su último trabajo, su disco homónimo publicado este mismo año, tuvo el principal protagonismo de la noche, interpretándolo casi en su totalidad. Especial mención a “Song for the winners” y a los dos bises con los que nos dejó en lo más alto, “El viv” y “If you want trouble”.

También hubo espacio para la archiconocida “Katchi”, aquel tema que lo puso en numerosas listas de reproducciones y que sirvió para que la But se pusiera a bailar como si nadie les mirara.

Además de todo esto, uno de los momentos más emotivos fue cuando Nick nos presentaba a sus padres que estaban viendo el concierto desde un lateral de la sala, con esa sonrisa y brillo en los ojos de ver como su hijo, de tan solo 33 años, se había hecho con una ciudad como Madrid.

Y así… y siendo aún una hora prudente y temprana, el concierto llegaba a su fin, con esa sensación de haber tenido la suerte de haber vivido el evento musical de la semana. Y es que esto son los momentos mágicos que te regala la música… ver, compartir y disfrutar multitud de estilos, bandas y artistas sin que nunca dejes de sorprenderte.

Al día siguiente Nick y su banda pisaron la Apolo de Barcelona, dando un concierto muy similar al que pudimos ver en Madrid y haciendo gozar a todos los que estuvieron allí.

Con esto me despido, no sin antes contaros que en los próximos días vendré a hablaros de otro concierto mágico, Cass McCombs en el Teatro Lara.

Texto: Miriam Notario

Fotos: Daniel Forés