_Juno nos transporta. Y no precisamente a la sonda espacial que orbita alrededor de Júpiter. Nos traslada a una habitación de hotel, nos hace partícipes de una de las muchas historias que habrán podido transcurrir en ella a lo largo de los años.
Y es que Zahara y Martí Perarnau, tras participar conjuntamente en el tema ‘Hoy la Bestia Cena en Casa’, conforman su primer proyecto musical común como grupo. Ambos fusionan sus universos para conseguir adentrarnos en el mundo de la habitación 626.
Diez canciones que siguen, todas ellas, una tónica musical común y que nos recuerdan al disco ‘Carrie & Lowell’ de Sufjan Stevens e incluso, a título personal, llegan a invocar por momentos el sonido de ultratumba de Billie Eilish. Predomina un instrumental que parece recorrer todos y cada uno de los temas del disco. Adentrarte en cada uno de ellos implica evocar alguno de los ritmos que hemos escuchado anteriormente y al mismo tiempo descubrir una musicalidad distinta.
El disco comienza con la canción _BCN626. Esta es probablemente la canción que mejor ilustra el marco conceptual del proyecto. Yo ya te dije que todo esto pasaría, que estaría ahí abajo mirando una ventana, probablemente la ventana de algún hotel de la ciudad condal desde la cual nuestros dos protagonistas observan como sucede la historia a la que cantan. Dos personas que se reúnen en un hotel, pero que están en momentos distintos, en órbitas paralelas. Tú estás al fondo del pasillo, pero en otra galaxia. Te siento aquí en mi boca a mil millones de distancias [….]Vente. Hazme todo lo que solo debe hacerse en los hoteles.
_A dos metros bajo tierra, como segunda canción del disco, rompe el esquema que podíamos tener preconcebido. No. No se trata de un disco en el que Zahara ponga la voz y Martí la composición musical. Y este tema lo refleja dado que únicamente lo canta él. En _Juno todo es al 50%. Así como todo es debilidad y verdad. Te pierdo, me rompo, me muero, te espero aquí en el recuerdo.
Personalmente, _He visto cosas que solo tú has visto, es el tema que más me llega porque es como si me rozara el alma con su letra. Es de esas canciones crudas y de las que golpean. Por 3′ 30” nos olvidamos de la volatilidad de la estancia y nos adentramos en la realidad exterior de ambos. Es una especie de dosis de realidad que deriva en una sobredosis emocional para el oyente. Ha preguntado por ti. Lo tiene todo preparado. Tiembla al imaginarte. Yo trato de explicarle que no vienes hoy. No sabe qué significan los kilómetros, las horas. Te llama por tu nombre.
_El infinito es una declaración. En voz de Zahara se trata de explicar el tipo de vínculo de los inquilinos de la 626. Es una de las canciones más íntimas y delicadas del proyecto. Todo lo que somos ha creado raíces en quien soy. Y traza de alguna forma una línea divisoria entre el mundo real y el mundo temporal de la habitación. Nadie nos puede asediar. No pueden encontrarnos, no hay mapas para entrar.
_Casamurada podría considerarse, junto a la canción que abre el trabajo, la predestinada a convertirse en uno de los hits de este proyecto. Fue la última en grabarse y debe su nombre al estudio de grabación en el que se gestó el disco. Quizá, es el tema más nutrido en cuanto a letra. Toca muchos temas. Desde los fantasmas de la Casa Murada hasta la paradoja del ‘para siempre’ en una relación. En guardar ese instante conmigo eternamente, aunque quién coño sabe que significa siempre. Conectas con la estancia en el hotel, entiendes el porqué. Pensaba que el viaje era hacia algún lugar y era hacia tus entrañas. Pensaba que venía a curarme, pero venías a encontrarme.
Es hora de girar el disco y pasar a la cara B. _Los otros, cuyo título nos recuerda inevitablemente a la mítica película de Alejandro Amenábar, es la confesión absoluta. Dos personas que se redescubren en una habitación de hotel y que quieren volver a encajar sus vidas. Sé que la vida está sucediendo a kilómetros de estos cuerpos en una habitación donde nos hemos descubierto. Siempre hay una vida esperando. Te voy a llevar de la mano. No me hubiera importado hacerlo hace años. Es la canción con más ritmo y que más me recuerda a otros proyectos de Zahara como su último disco ‘Astronauta’. Hace acto de presencia un sonido galáctico y completamente eléctrico que te hace despegar en este final de viaje.
Mi canción favorita _La aseguradora de incendios. Cantada a partes iguales por ambos. Sus voces empastan de una forma especial. La química vocal es indudable. Es una canción que es puro fuego, pura revelación. De ahí el título. Olvidar es más difícil que vivir, pero más urgente. No puedo perderte, si me sueltas me muero. Ya no puedo contener todo lo que he guardado aquí dentro.
En los momentos en los que Perarnau canta en _Manitoba Faraón, inevitablemente me viene a la cabeza el disco ‘Miedo’ de Albert Pla. Y es que es así, es la canción más de ultratumba y fantasmagórica de este trabajo. Aunque de nuevo, vuelve a trazar esa línea de entrada al pequeño mundo creado en la habitación 626. Solo si estás dentro puedes mirar. No van a comprender esto jamás.
Y _Domingo de resurrección, que la sigue a continuación, parece una plegaria. Una súplica que implora que el universo que se ha ido creado, no se esfume con el check out. Por favor, llévanos lejos. El verano llegará, y seguiremos en ese instante.
Con _Déjame entrar ponemos fin a la estancia. Los problemas, los conflictos, no han desaparecido. La habitación de hotel ha sido fuego pero la llama del desastre sigue viva. ¿Ha sido una huida? ¿Una maniobra de escapismo? Los inquilinos de la 626 se sienten a salvo entre esas cuatro paredes, sin embargo, la realidad está justo delante. La caída nos va a destrozar y a mí ya me da igual. No hay nadie a quien salvar. El proyecto se cierra con dos preguntas ¿Hasta dónde te he dejado entrar? ¿Hasta dónde me has dejado entrar?. Es todo amor, del de verdad, del que arde y del que quema. También del que consume. Es una canción que duele.
Definitivamente, estamos ante un disco de esos que entran en la categoría de medicina para el alma. Es terapéutico y de alguna forma nos hace conectar con nuestro yo más etéreo. Lo corpóreo se obvia y a la vez es la fuente que nutre la historia de todo lo que ocurre en la habitación 626. Y es que ninguna canción destaca por encima de otra porque la magia está en que la unidad conceptual del proyecto se mantiene en todas sus canciones.
Por todo esto, si aun no lo has hecho, te invito a que te acerques y descubras su universo. Bienvenidos a la 626.