¿Alguien necesita que presente a Sr. Chinarro? No, claro que no. Y es que su dilatada trayectoria por el indie español es conocida por todos. Más de veinte años, diecisiete discos y desde hace unas semanas el primer recopilatorio, Colección Permanente. Y quién sabe cuántos conciertos a la espalda. Pues bien, a esa lista se suma el de hoy en La Capsa.
Saltan al escenario y empiezan sin rodeos con Dos Besugos y Ángela y nos tienen en el bolsillo. Es que cada canción de Antonio Luque y su banda es una joya. Además es obligatorio decir que el sonido de la sala es impecable. Así que no cabe duda que la fórmula dará un resultado positivo. Continúan y ya estamos metidos de lleno en esas canciones que son literatura musical, Quiero Hacerlo Mejor, Tu Elixir, Supersticiones… Canciones pop, costumbristas, de letras cuidadas. El Lejano Oeste, Babieca, El Rayo verde, Los Ángeles… Clásicos de la banda que siguen sonando frescos. Y aunque hay que reconocer que los conciertos de Sr. Chinarro no son como para desencajarte el cuerpo bailando, sí que es cierto que lo estamos pasando bien, y ellos encima del escenario también.
A lo largo de la actuación nos dan un paseo por el parque entre temas antiguos y más nuevos, como Las Trompetas del Apocalipsis o De Piedra, ambas de su último álbum “Asunción”, en un repaso bastante completo por lo que ha sido la senda de la banda desde los noventa. No faltan tampoco hits como Del Montón o Una Llamada a la Acción, que parece cerrar el setlist de la noche y se marchan… pero no, entre aplausos, silbidos y “otra, otra, otra” vuelve Sr. Chinarro, esta vez solo Antonio y su guitarra para interpretar El Alfabeto Morse. Después vuelve el resto de la banda para un bis que incluye Remordimientos y Quiromántico (por fin, la sala llevaba pidiéndola desde recién empezada la actuación).
Y así, como el que no quiere la cosa, ha pasado una hora y media, y es que cuando uno está a gusto y disfrutando el tiempo pasa sin darte cuenta… Solo me queda decir que se me ha hecho corto, y eso siempre es bueno…
Texto y foto: Alex Panda