Emociones para grandes mamíferos.

Se dice que los elefantes pueden comunicarse a kilómetros de distancia por las vibraciones que generan sus pasos en el terreno. Valga la metáfora para ilustrar cómo nos llegaron las buenas vibraciones de este dúo, así que no perdimos la oportunidad de descubrir su directo en Barcelona.

Silvia y Carlos, procedentes de A Coruña, en su carrera (13 años tocando) ya han dado algunos grandes pasos. Tienen tres discos en su haber, que han alternado con su pasión por tocar en las calles, sorprendiendo con su magia a transeúntes de no pocas ciudades de Europa. Así se toparon con la oportunidad de tocar con artistas de la talla de Glen Hansard o Damien Rice. Su conexión con Irlanda y la aclamación de la crítica internacional les está posicionando como una banda de culto que se está ganando a pulso este apelativo.

Desde la primera fila, mirando hacia atrás veíamos un Sidecar a más de tres cuartos de su capacidad, y por delante teníamos los dos complejos grupos de pedaleras de Carlos, su guitarra acústica y la mimada y la lustrosa batería granate.

Justo a mi lado, en primera fila, conocí a los padres de Silvia y tuve el privilegio de compartir el concierto con ellos, que les acompañaron tan lejos a un concierto que ya prometía ser especial y familiar.

Los dos músicos salieron expresando la alegría de ver la cantidad de asistentes, Carlos portaba la guitarra eléctrica y Silvia se sentaba a la batería para interpretar un primer tema nuevo titulado ‘Lies’. Al finalizar nos preguntaron si queríamos que se incluyera en el siguiente disco, que verá la luz durante este 2019.

Nos comentaron que es una de las canciones que han compuesto durante el tiempo que les tuvo obligatoriamente apartados de los escenarios el accidente de tráfico que sufrieron en Francia a finales de 2017. Afortunadamente ya han podido dar carpetazo a este episodio y rebosan ilusión y “esperanza”, como reza el título de su último disco “Hope”.

Precisamente con el primer corte de dicho álbum continuaban. La preciosa ‘Anyway’, que se nos antoja cercana al estilo de The Cranberries, hizo las delicias del público, que les acompañó coreando fielmente hasta el final. Absolutamente recomendable es el vídeo, en el que aparecen tocando en la calle para poner banda sonora a una complicada historia de amor.

La cercanía con los asistentes se hacía patente en las conversaciones y bromas intercambiadas entre canción y canción. Al mencionar Carlos que una conocida empresa de repartos en bicicleta incrementa el coste cuando llueve, desde el fondo se escuchaba un divertido … “burgués”!! O Al mencionar las elecciones inminentes declarando que … si no sabemos bien a quien votar que … “les votemos a ellos”.

Para concatenar la extrema belleza y positividad de las canciones, prosiguieron con ‘Robin’, en la que el ya oficializado “coro” de asistentes acompañó con los silbidos que envuelven el aterciopelado “free and happy” del estribillo. En la misma línea sonaba ‘There’ll be joy’ para promulgar aún más bendición y esperanza.

Cambiaron de tercio enfundándose la guitarra acústica y regalándonos juntos de pie un tema nuevo, ‘Stand up’. Se adelantaron aún más al borde del escenario para entregarnos la clásica ‘Sing me a song’ de su primer disco “Show & Tell”, de 2012. En el siguiente relevo Silvia nos contó la historia de la guitarra azul pastel que les acompaña hace ya años y con ella (Carlos a la batería) nos interpretaron un inédito y enérgico tema titulado ‘Remember´.

El silencio acompañó los primeros compases de la sublime ‘Over’, en la que la batería va “in crescendo” hasta hacer latir el corazón a su vez por lo profundo que comunica. ‘The fight’, como alegato al grito de lucha por la libertad, volvía a calentar el ambiente, que se fundía con la potentísima batería en ‘Start Stop’ y entró en ebullición con ‘The rain’, que nos puso los pelos de punta con esos acordes desnudos de guitarra acústica y la desgarradora voz de Silvia, en pie sobre el escenario.

En su única incursión en el idioma castellano, ‘Volveré’, tuvimos el honor de contar con Georgina, la amiga que les propuso el reto de introducirla en el repertorio y que para deleite de nuestros oídos, interpretaron los tres juntos.

Forever young’, que cerraba su primer disco es una emotiva joya que detuvo el tiempo y nos dejó a todos con una sonrisa jovial en la boca.

Desde el mismo quicio del escenario nos propusieron sentarnos y así disfrutamos de la eclesiástica versión del ‘Hallelujah’ de Jeff Buckley.

Y si venían dispuestos a calentarnos el corazoncito (que ya lo habían conseguido), la emoción se tornó explosión cuando Silvia volvió a la batería para hacernos arder por dentro con ‘Burning inside’; el baile y la fiesta se apoderaron de la sala y ellos bajaron a festejarlo con nosotros hasta el final.

Las cuidadas melodías, las letras cargadas de optimismo y la humildad que hemos descubierto en esta banda nos deja tan buen sabor de boca que para nosotros YA son un grupo de culto, aunque esperamos verles cosechar más éxitos y poder acompañarles en más de sus directos, en los que la fuerza que imprimen es proporcional al ensanchamiento de alma que provocan.

Texto y foto: Angel Balbás