La magia y la garra de Soleá Morente en su sold out en Madrid

Hablar de la familia Morente es hablar de arte, de baile, de magia, de sentimiento, de garra y de entrega. Y es que da igual de quién sea el concierto porque si lleva este apellido el éxito está asegurado. Y así fue este viernes con Soleá en El Sol de Madrid que, acompañada de Napoleón Solo, puso patas arriba una sala con el cartel de “todo vendido”.

De entrada ya sabíamos que la noche prometía y lo confirmó el rulo rosa (típico de peluquería) que nos dieron al entrar. Dentro había un flyer del concierto con unas palabras de agradecimiento por estar allí. Son ese tipo de detalles que te hacen presagiar que lo que vas a ver a partir de ese momento va a ser todo un espectáculo. Y así fue.

Soleá Morente empezó el directo emocionándonos con la “Soleá de la Misa” y “Alondra”. Y durante casi una hora y media, nos fue entregando apasionantes dosis en forma de canciones de su último trabajo ‘Ole Lorelei’ y del anterior ‘Tendrá que haber un camino’.

Fue un directo lleno de emociones, de divagar entre el flamenco más purista y una mezcla de rock, indie y música disco. Todo esto sin perder su esencia, sus movimientos, sus quejíos y su forma de entregarse en cuerpo y alma.

Y si Soleá es magia, el tándem que hace con la banda de Napoleón Solo ya es sublime. Con Alonso al frente, todo fue encajando perfectamente a lo largo de todo el directo, hasta cuándo cantaron su temazo “Lolaila Carmona”, de su disco ‘Napoleón Solo en la ópera’ de 2010, mientras Soleá se cambiaba de ropa. Y es que salió hasta con tres looks diferentes dependiendo del momento en el que se encontrara el concierto.

El primero, un vestido en negro riguroso, diseñado por Ariadna (cantante de Los Punsetes), que inspiraba esa sensibilidad y elegancia con toque rockero pensado para cantar e interpretar canciones como “Ciudad de los gitanos”, “Estrella”, “Anoche”, “Ya no solo te veo a ti” o “Amores”.  Luego vinieron los bailes más discoquetequeros con una vestimenta más cañera con la que sonaron “Dormidos”, “Todavía”, “Tonto” y “Ole Lorelei”. Y como broche final se enfundó en unos pantalones de campana rojos, unos rulos en el pelo y pintalabios y espejo en mano, empezó a sonar “Baila conmigo”. Y claro! El público enloqueció y la sala El Sol se transformó en una autentica pista de baile.

Se iba acercando el final del show, y ya con los fans totalmente volcados vino “Porqué será” y la versión de “Te estoy amando locamente” de Las Grecas. Aquello fue una locura y Soleá decidió cerrar el concierto cantando de nuevo “Baila conmigo” para poner el colofón a una noche mágica.

No puedo acabar esta crónica sin hacer especial mención al coro que la acompañan, con Remedios Heredia, componente de Las Negris, a la cabeza, por la fuerza, el palmeo y los bailes improvisados que arrancaron los ‘ole’ y los aplausos más sonoros.

En definitiva, una noche de fiesta flamenca, de rock, de indie… ¡DE MÚSICA!

Texto: Miriam Notario.

Foto: Daniel Forés.