Estaban en casa, cerrando la gira de “La Polla Tour”, rodeados de los suyos, de los de siempre, del público más incondicional… y a ellos les bastó salir al escenario, tocar y liarla para que la noche pasara a la historia y todo fuera una jodida locura.
Y es que cuando sabes que tienes concierto de los madrileños, el día empieza con una energía diferente. Te levantas, pones el tocadiscos y, con los Sexy sonando a todo volumen, empiezas a acumular unas ganas inmensas de que llegue la hora. Te pones tus zapatillas, la camiseta y el pantalón de los conciertos, esos a los que no tienes demasiada estima, y tiras para la sala casi tres horas antes de que empiece el espectáculo.
Nos habían convocado en el Ochoymedio Club para darle el adiós a este proyecto que tantas alegrías les ha dado a los Pvtos. Después de patearse más de sesenta festivales y multitud de salas a este y el otro lado del charco, llegaban a su ciudad para demostrar porque son una de las bandas más potentes de la escena musical nacional.
Y llegó la hora, con una sala casi llena y el run run de la gente que ya se notaba nerviosa, Samu, Jose y Gabi, salieron al escenario para montarla muy gorda. A partir de aquí, muchos pogos, mucho sudor, mucha cerveza, mucho baile…pero sobre todo, buena música y un temazo tras otro.
La noche fue un recorrido brutal por ‘La Polla’ y sus dos trabajos anteriores, ‘Hola, somos los putos Sexy Zebras’ (2015) y ‘Volvamos a la selva’ (2013). Empezaron muy cañeros con “Yeah”, “Caníbales” y “El semental”. Estaban en la tercera canción y aquello ya era un desmadre absoluto. Jose nadando sobre el público mientras cerraba el tema con su guitarra, la gente con unas ganas de fiesta descomunales y el buen rollo de la sala iban marcando un sábado diferente.
“Crazy”, “Rock da party”, “ Salvajes”, “Tnt”, “La Flaca”, “La Máquina”, “Búfalo blanco” y “Perro Jeffrey” fueron sonando en el orden perfecto para que la euforia siguiera intacta. Y entre un tema y otro… gente volando por los aires, ellos volando también, la sala venida arriba entre salto y salto y los Pvtos dándolo todo en el escenario.
Y claro, llegó “Hijo de puta” y la hora de acordarse de todos aquellos políticos corruptos que nos roban y el garito reventó. Todo el mundo saltando y gritando lo más alto que podían. Y esto seguía y llegaron al desmelene absoluto cuando sonó “El Fugitivo” y “Visitantes”.
También hubo un momento para la relajación, poca siendo sinceros, cuando Jose se quedo solo en el escenario con su guitarra, y toda la sala cantase al unísono “Canción de Mierda”.
Además del fiestón y el buen rollo, hubo tiempo para mensajes sobre igualdad, la importancia del amor y la necesidad de actuar libremente, independientemente del género que tengamos. Prueba de ello fue cuando en la canción de “Machote” cambiaron el estribillo en la segunda parte del tema de “Mira como tengo el rabo” por “Mira como tengo el coño”.
Lo que vimos el sábado es que los Sexy Zebras disfrutan mucho de lo que hacen y que la comunión con su público es total. Así lo demostraron, cuando en plena apoteosis del concierto, dos chavales eufóricos se subieron al escenario y fueron bajados instantáneamente por la seguridad de la sala. Jose, se dirigió al miembro de seguridad y le dijo que no había problema en que subiesen y él mismo volvió a invitarles a subir y a que disfrutasen la canción con ellos. Había que ver la cara de felicidad de aquellos chicos bailando con sus ídolos y disfrutando de un momentazo para el recuerdo.
La noche iba avanzando y tuvimos final de fiesta con “Sexo y Marihuana”, “Bereshit”, “Quiero follar contigo”, “Mami” y “La Polla”. Para este momento, aquello era un ir y venir de gente sin camiseta, bañadas en sudor y con esa cara de satisfacción que provoca expulsar tanta adrenalina. El público exhausto y entregado al máximo después del directo que nos habían regalado, y los Sexy Zebras, despidiéndose al son de “Libre” de Nino Bravo.
Ya sabíamos antes de que empezara que el concierto iba a ser una locura, un desmadre, una paranoia… pero es que superaron todas las expectativas posibles.
Aún recuperándonos de lo del sábado, solo esperamos que no pase demasiado tiempo para ver de nuevo en la carretera a Jose, Gabi y Samu.
¡¡Larga vida a los Pvtos!!
Texto: Miriam Notario
Foto: Daniel Forés