LOS BICHOS – COLOR HITS
Corrían los finales de los años ochenta, allá por el norte el rock and roll glamuroso no encajó, estaba el punk radical vasco y el indie empezaba a asomarse por las radios, pero allí estaba, cual Nikki Sixx o Johnny Thunders, Josetxo fiel a los estándares del rock más sucio y peligroso en Pamplona.
‘Color Hits’ (Oihuka, 1989) ve la luz obteniendo casi 5.000 copias vendidas con nula promoción por parte del sello, un éxito teniendo en cuenta los orígenes de la formación.
El disco se abre con “Shadow Girl“, con una letra que daría polémicas a día de hoy con los clichés de los rockeros de antaño y sexo con menores.
Sin cambiar de temática, entramos en “The One You´ll Never Catch“, una mujer a la que él persigue en sueños y fantasea en como ella le reclama.
El disco no tiene un concepto lineal, es errático, muestra de ello son los siguientes temas “Hola“, “Gobo“, “1989” y “Mescalito“, canciones de poca duración, con letras surrealistas y de cortes acústico-punk.
Pero entonces llega una de las especialidades, las rancheras, con el espíritu de Jose Alfredo en “Me Gustaría Llorar“, sorprendiendo como una voz tan rota puede ser tan versátil.
Porque quizás esa era una de las magias de Josetxo, su voz, con la que se permitía aullar, gruñir, jadear, berrear y cantar sin ningún tapujo.
Sigue los cortes acústicos, esta vez jugando a un country surrealista con “Down Bellow“, dónde en apenas un minuto y con una guitarra acústica crispante, nos lleva al sonido más sureño.
Vamos a detenernos aquí, en “Verano Muerto“, si queríamos saber cual es el hit de este disco, está aquí, podría haberse cantado en estadios, pero se quedó en pequeños locales y una grabación de TV donde lo interpretan en playback.
Con “Tren” y “Lluvia” y “Luna“ volvemos a esos temas erráticos y rápidos, pero estos en un formato eléctrico y muy punk, visceral, con Josetxo a sus ladridos.
Nos detenemos ante un cover The Temptations, el clásico “My Girl“, donde sin irse mucho del tema original lo dotan de un toque casi stoniano setentero, esa línea de bajo eterna con el contrapunto del riff es un código genético en este tema.
“Llulaby for a Snake“, que de canción de cuna solo lleva el nombre, donde una pesada batería marcando cajas da ritmo a un caos de guitarras y gritos, es el apocalipsis del disco.
Como spoiler, el corazón de Josetxo se paró el 16 de Abril del 2013, siempre nos quedará el misterio de saber si encontró algo similar a “Un Poco Más“, dónde a golpe de ranchera rockera se presenta en el más allá.
De “Noche“ cierra el disco en un blues que, por supuesto, culmina al estilo de todo el disco: Caos, guitarras afiladas y la voz de Josetxo al límite.
A los dos años publican ‘Bitter Pink‘ (Oihuka, 1991), un doble disco con una tónica aún más demencial, a los dos años de no ver resultados, la banda se disuelve.
Nunca despegaron realmente, pero sus discos merecen la escucha que sus creadores no tuvieron en vida, ellos eran Asio (Bajo), Charly (Guitarra solista), Fermín (Batería) y el genio de Josetxo (Guitarra y voz).
No es un disco bonito, no es para disfrutar de arreglos y menos aún de letras filosóficas, es toda la esencia de muchos ídolos dispares resumidos en un disco, un cóctel molotov que estalló en Pamplona pero cuyos fogonazos apenas mantuvieron la llama de Los Bichos unos pocos años.
En memoria de Josetxo Ezponda, mártir del rock and roll.
Por Major Peach