Yawners no son un grupo común. Tras haber ampliado las fronteras de su fan base inicial (curtida a base de años en el circuito diy) al amparo de padrinos como Carolina Durante o Cala Vento, el pasado sábado seguían con la gira de presentación de su primer largo, “Just Calm Down” (La Castanya, 2019), con la sensación de que lo mejor está todavía por llegar.
Chloral, joven proyecto de cristalinas influencias entre el post-punk y el dream pop, calentaba una Sala Cero repleta de un público variopinto (skaters, jóvenes indies apocados, treintañeros fans de Mujeres) que refleja la potencial coalición entre aficionados de diversas escenas que Yawners parecen haber conseguido. Elena Nieto empezaba con la contundente “See You, See Me”, seguida por “Forgiveness”, de espíritu más divertido y ya presente en «Dizzy» (Bramante-Crap-Monasterio de Cultura, 2015), su primera maqueta. Lo hacía acompañada con nueva formación tras la salida de Martín Muñoz, reemplazado con garantías por los experimentados Teresa Iñesta (Repion) a la batería y Tomás Rey (Ordesa) al bajo.
El concierto aceleraba en el tercer tema “Please, Please, Please”, generando una agitación que se conservaría hasta el final: pogo continuo (e inofensivo) en el centro de la sala, coros para todas las canciones, también para las más punk, que coinciden con las más antiguas. Como era de esperar, el hit porque yo lo valgo “Friend Song” dio pie a la despedida con “La Escalera”, coreada como ninguna, y en opinión de quien escribe una de las grandes canciones nacionales del pasado año.
Acababan así Yawners y uno no podía evitar preguntarse qué tipo de salas llenarían si Elena, tan talentosa, se quitase la coraza del inglés y cantase sus vivencias en castellano. También, si podrán mantener ese equilibrio imposible entre el pop y el punk que tanta popularidad parece estar dándoles pero que requerirá de funambulismos. Por el momento, un rotundo comienzo de gira de invierno les augura un victorioso año de música.
Fotos: Silvia Castillo Bolumar
Redacción: Tomás Budí Ors