Tomavistas vuelve a ganarse a los animales de ciudad

Todavía nos dura la resaca musical del fin de semana pasado… y es que el Tomavistas 2019 fue todo una locura. Tiempazo en Madrid, buen rollo y dos días escuchando la mejor música. Tras unos días de descanso y dejar de fluir los pensamientos, solo puedo decir que fue un fin de semana de disfrute absoluto.

Viernes 24 de mayo.

Empezaba la tarde del viernes con Camellos, los cuáles tocaron para los primeros animales de ciudad que iban llegando al recinto. El sol apretaba, pero siempre había una sombra perfecta y lo suficientemente cercana al escenario, para poder disfrutar del directo sin apuros.

Y así, aparecían Niña Coyote eta Chico Tornado y menudo rollo le dieron a la tarde. Ella siempre sonriente, contagiando toda esa energía que salía de su batería y luego él, bordándolo con esa forma de tocar la guitarra. El viernes iba cogiendo forma pero realmente no había hecho nada más que empezar.

De ahí, para el escenario Wondo, el mayor de todos, donde Ángel Stanich volvió a dar lo mejor de sí, en comunión con un público más que entregado a la causa. Acompañado de su banda, Alex Izquierdo (bajo), Jave Ryjlen (teclados), Lete G. Moreno (batería) y Víctor L. Pescador (guitarra) todo parece funcionar a la perfección, porque la complicidad que tienen como grupo hace que las canciones te lleguen con una energía especial. De sus instrumentos sonaron algunos de sus temas míticos como “Escupe Fuego”, “Carbura” o “Mátame camión”, entre otros muchos. Además, a pesar de la altura que tenía el escenario, Stanich bajó para mezclarse entre sus fans y terminar así el directazo que estaba llevando a cabo.

Y aún bailando las de Ángel por el camino, pillamos a Las Odio con un par de canciones empezadas, pero llegando justo para dejarnos llevar por ese postpunk tan de ellas. Las madrileñas Ágata, Alicia, Sonsoles y Paula, volvían a revolucionar a su público con esos temas cargados de mensajes claros, directos y concisos. De esta manera, mostraban pequeñas muestras de su último trabajo ‘Autoficción’ (Desvelo, 2019).

Triángulo de Amor Bizarro llenó hasta los topes la explanada del escenario Wondo, porque para los que nos mola el indie, era una de la bandas que mejor lo representaban en el festival, por eso es el tercer año que pisan un escenario en Tomavistas. Y claro, nadie quería perdérselo y allí estaban tocando temazos como la casi reciente “Les llevaré mi cruz” o más antiguas como “Barca quemada” para el deleite de todos los que estábamos allí. Además, tocaron un par de temas adelanto del larga duración sobre el que están trabajando en estos momentos y del que poco se sabe hasta el momento.

Aunque lo que llevábamos de tarde había estado demasiado bien, fue llegar a Cala Vento y morir de placer. Lo de estos chavales no es normal, qué directo se marcaron, qué manera de implicar al público y qué fácil parece que lo hacen todo. Joan y Aleix son puro espectáculo, al igual que sus canciones, que parecen estar sacados de una máquina perfecta de hacer temazos. Repaso por los tres discos que tienen en su haber, aunque parón, sobre todo, en el último, ‘Balanceo’, el cuál, a pesar de llevar solo unos meses en el mercado, ya cuenta con un séquito de fans y seguidores. Entre pogos, locura y cervezas, pudimos gozarlo con “Isla desierta”, “Abril” y temas más nuevos como “Comunidad”, entre otras muchos del repertorio.

Después de mucho baile, llegaba la tranquilidad con Cigarettes After Sex, muy buenos pero después de lo que traíamos encima, muy parados también. Nos vino bien para coger fuerzas y seguir la noche disfrutando de lo que nos quedaba. Ellos con un directo bien ejecutado, emotivo, muy musical y tan minimalista que parecía estar escuchándolos en casa en una tarde de domingo. Este era uno de los platos fuertes del día y Greg González así quiso que lo sintiéramos.

Como guinda del pastel y tras sonar la psicodelia de Wooden Shjips en el escenario Dr. Marteens, llegaban Beach House directos desde Baltimore. Con el mejor dream pop, Victoria y Alex Scally hicieron un repaso por los temas más conocidos de su carrera discográfica. Sonaron “Wishes”, “Master Of None” o “Lemon Glow” con tanta delicadeza todas ellas, que costaba trabajo no emocionarse. Un remover de sentimientos que nos iba llevando al final de la noche.

Aún así, el Tierno Galván seguía lleno porque aún quedaban por sonar Toro y Moi y Digitalism. Los primeros con una música urbana digna de cierre del escenario pequeño. Mientras, los segundos montaron un fiestión de electro-house que nos llevó a casa derrotados después de tanto baile.

Por cierto, que no nos hemos olvidado del escenario Jägermeister por el cuál pasaron Los Estanques, Uniforms, Playback Maracas y Bronquio.

Sábado 25 de mayo.

Después del viernes apurando hasta el final en el Tierno Galván, llegó el sábado, con solecito del bueno y aún seguía apeteciendo seguir escuchando y bailando todo lo que nos iba a deparar el sábado. Así que, allí volvimos, a media mañana para ver como Cariño empezaba la jornada con su tontipop. Con temas como “La Bajona”, “Bixesual” o “Mierda seca” pusieron a bailar a los más madrugadores.

Y llegó otro de lo momentos más top del festival madrileño y es que era el turno de Soleá Morente y Napoleón Solo. Allí estaba, de un rosa primaveral, la hija de Morente trayendo a la capital lo mejor de su discografía. Si en solitario es una delicia escucharla, junto a la banda granadina ya hacen el combo perfecto. Un aperitivo de diez para lo que nos iba a deparar el día.

Seguimos con Enric Montefusco, que con su ‘Diagonal’ debajo del brazo, se entregó al máximo a su público moviéndose, como pez en el agua, por la explanada del escenario Dr. Martens. Unos minutos más tarde, sonaban Frankie and the Witch Fingers.

Rozando las 18:00 horas empezaba a sonar la música en el escenario principal con Stondfield y Morgan unas horas más tarde. Mientras en el escenario mediano The Beths y Cass McCombs hacían sonar sus temas más conocidos.

Mención especial a Yawners, Elena y Martin, que tocaron en el escenario pequeño pero bien valdrían un principal. Con su canción de cierre, “La escalera” y el show de rock alternativo que dieron, dejaron al público por todo lo alto para que diez minutos más tarde tuviese lugar uno de los mejores momentos del sábado.

Y es que llegaban los Carolina Durante y la gente haciendo cola desde el concierto anterior ya nos hacía ver que iba a ser uno de los directos del Tomavistas. Menuda fiesta montaron los de Madrid. Volvían los pogos al parque y el respetable coreando cada una de las canciones que sonaban. “Juanita”, “Joder no sé”, “Perdona” (versión de una canción de Marcelo Criminal) o “Niña de hielo”. Como no podía ser de otra manera, acabaron con su hit “Cayetano” y para ese momento la locura ya se había apoderado de la explanada del principal. Gente de todas las edades cantando y saltando con los casi recién llegados  Carolina Durante.

Todavía extasiados, llegábamos a Hinds, con las madrileñas montando ese show que tanto las caracteriza. Mucha potencia y comunión con un público entregado. Con esa experiencia que les van dando los kilómetros de carretera montaron un pollo digno de escenario principal.

Así llegamos a Spiritualized y a escuchar su último trabajo, ‘And Nothing Hurt’ (Bella Union, 2018), de arriba abajo, porque en eso mismo consistió su setlist. Concierto correcto, lineal y sin muchas sorpresas. Con él nos fuimos a Mucho para conocer en directo la apuesta personal de Martí Perarnau IV donde nos presentaría su nuevo proyecto en solitario ‘¿Hay alguien en casa?’.

Llegaba el momento de los puntos fuertes de la noche, Deerhunter, con esa imagen un tanto rara y extravagante, se marcó un directo basado en un repaso exhaustivo de su discografía. Un hora y poco de relax, se disfrutar sentado y de coger fuerzas para la fiestaca que Joe Crepúsculo tenía preparada en el escenario Dr Marteens. Con colaboraciones como la de Tomasito y un final donde se subieron al escenario hasta las Hinds pusieron patas arriba a un público que ya tocaba con los dedos el final del festival. En la recta final Friendly Fires y a cerrar uno de los festivales nacionales más potentes de los que se celebran en la capital.

Mientras tanto, a lo largo de la tarde y coincidiendo con algunos de los grupos anteriormente mencionados, por el escenario Jägermeister, pasaron, R.E.A.L, TerrierTrèpat y AWWZ

Como valoración general, rozando el sobresaliente para un festival que, además de buena música, te ofrece una correcta organización, sin colas que desesperen y el Parque Tierno Galván convertido en un lugar donde todos y todas teníamos cabida.

El año que viene….¡¡¡¡MÁS Y MEJOR!!!!

Texto: Miriam Notario

Foto: David Moya