Y es que, a veces, “El Infierno”, puede ser un lugar maravilloso

Hace una semanas me metía de lleno en la música de Señor Suerte y es que, antes de que diera a conocer su primer disco en solitario al completo “El Infierno”, ya pudimos escuchar cuatro adelantos del mismo. Y con estos entendí que el álbum iba a ser de esos de escuchar en bucle, una y otra vez, y no cansarte nunca de hacerlo.

Señor Suerte es el proyecto musical y en solitario del músico y productor barcelonés Josep Vilagut y así, el pasado 13 de noviembre nos llegaba “El Infierno”,  con ocho canciones, con sus ocho títulos y con un estado o momento que los complementa. Una referencia de pop-rock que desde el principio te pone las pilas y engancha a seguir el recorrido por el resto de canciones.

Quizá, el artista, haya querido contar cosas muy diferentes en sus canciones, pero lo que escribo a continuación, es lo que a mí me ha hecho sentir, pensar y experimentar el escuchar su disco y empaparme de sus letras.

Abre con El Descalabro (I El Enfado), melodía cañera para empezar el disco y hablarnos, por primera vez, del infierno que supone la presión, la soledad, y el descalabro que todos hemos podido sentir alguna vez en la vida.

Espejo de Vapor (II La Ensoñación), fue el primero de los singles adelanto que conocimos, y ahora, viendo el lugar que ocupa en el disco, todo encaja a la perfección. Aquí, Señor Suerte, viene a hablarnos de la necesidad de marcar un nuevo camino tras el descalabro y después de una situación que te ha puesto al límite. Esa lucha con uno mismo cuando algo te pone del revés, te cambia el paradigma y te obliga a coger las riendas de nuevo.

Nuevo Estado Natural (III La Nostalgia).  “Llévame a otra realidad, perdernos en la inmensidad”, con esta frase empieza y con estas palabras nos hace fantasear con las ganas que todos tenemos de cambiar de realidad y conseguir “un nuevo estado natural, sobre ponernos a la adversidad”.

Deséame Suerte (IV La Despedida), es, para mí, una de las canciones más tristes pero, a la vez, de las más bonitas del disco. En las salas de espera siempre hay nervios, incertidumbre y alguien que te coge de la mano para desearte suerte y eso es tan reconfortarte… Así, llegamos a Al Despertar (V El Despertar), donde fantaseamos con el amor, algo de optimismo, del volver a empezar, porque a pesar de estar en momentos duros hay que poder ver un poco de luz al final del túnel.

Con todo esto, entramos en la recta final del disco, con tres canciones que ya pudimos escuchar como adelantos: No Soy Lo Que Ves (VI La Espera), Un Beso y Una Flecha (VII La Luz) y Valiente (VIII La Liberación). Las tres tan diferentes entre sí y tan conectadas al mismo tiempo. La sexta parada del disco es uno de los momentos más reflexivos del álbum, mientras que en la séptima y última canción, el artista, aprovecha para agradecer y dejar algunas puertas abiertas, para terminar el proyecto con esa luz que él mismo quería proyectar desde el primer momento.

He leído en alguna entrevista que las letras de este disco fueron escritas durante un largo periodo de tiempo pero al escucharlas, parece que Josep Vilagut nos haya estado vigilando y empapándose de cómo nos hemos sentido y nos seguimos sintiendo con todo lo que está pasando en la actualidad. Algo que no esperábamos, aparece para poner nuestra vida patas arriba y hacernos pasar por multitud de estados de ánimo en un periodo muy corto de tiempo y él, lo plasma y lo explica perfectamente en sus canciones.

En definitiva, el álbum es como un viaje emocional en el que la música te invita a ser positiva, bailar y reflexionar sobre el momento en el que te encuentras personalmente. Y es que, a veces, El Infierno, puede ser un lugar maravilloso.

Escuchar “El Infierno”